Violeta De Anilina Vs Púrpura De Tiro


El polvo o pigmento para obtener el color violeta siempre fue el más difícil de obtener desde la antigüedad. El púrpura no es un color puro del espectro, sino una mezcla de distintas tonalidades de rojo, azul, violeta y negro. Por eso la percepción del color de unas personas a otras es variable y unas lo pueden describir más azulado y otras más rojizo.


Helena de Troya con túnica púrpura
Desde los fenicios, que descubrieron el  púrpura de Tiro, este color ha fascinado a nuestros antepasados. 

Esta sustancia, también conocida como púrpura real o púrpura imperial, es un tinte que se utilizaba desde el año 1600 a.C en Creta.

Una leyenda cuenta que en siglo II a.C, Heracles comprobó que su perro tenía la boca teñida al comer caracoles y esta observación le permitió descubrir el tinte púrpura. 

El colorante se obtenía de la secreción de una glándula de un caracol marino del género Murex.

Al igual que otras especies marinas (como los cefalópodos), los gasterópodos segregan una sustancia si se sienten amenazados o atacados.

Esta sustancia expuesta a la luz solar torna a amarilla y finalmente vira a verde, roja y violeta, para acabar alcanzando un color púrpura.


Para producir un solo gramo de púrpura se precisaban cerca de 9000 moluscos aproximadamente, por lo que se consideraba como un artículo de lujo y sólo lo podían utilizar en sus vestiduras los soberanos y nobles, siendo su producción extremadamente cara y limitada.

A la fascinación que producía un color que sólo vestían los poderosos y cuya producción era un secreto (los caracoles se almacenaban en tinajas en edificios a las afueras de las ciudades por el insoportable hedor que desprendían), se unía el hecho de poseer unas propiedades excepcionales.

La intensidad del tinte púrpura aumentaba con el paso del tiempo, se fijaba de manera casi permanente a los tejidos y se convertía en indeleble.

El principal componente del tinte es el 6,6'-dibromoíndigo, que fue sintetizado químicamente por Paul Friedländer en 1903.


Sir William Henry Perkin (1838-1907) fue un químico británico pionero en la industria química por desarrollar tintes sintéticos.

Con quince años ingresó en el Real Colegio de Química y a los diecisiete era alumno del ilustre Von Hoffmann, quien pretendía sintetizar quinina. La quinina era una medicina contra la malaria y el paludismo muy demandada en la época por los viajes a las colonias.

Aprovechando un viaje de su maestro, intentó sintetizar quinina partiendo de derivados del alquitrán de hulla. Oxidó la anilina y al diluir observó que se coloreaba la disolución, percatándose de que había descubierto el primer colorante sintético, llamado anilina morada, malva o Púrpura de Perkin en su honor.

Anilina

Patentó el tinte con sólo 18 años y fundó una fábrica con su padre y su hermano: a los veintiún años ya era millonario.

Desarrolló otros tintes sintéticos y también produjo perfumes como la cumarina. Realmente creó una nueva industria: la industria química.

Cuentan que en su fábrica se podía saber qué estaban fabricando con sólo mirar las aguas del río cercano, pues su color variaba según los vertidos (hoy le hubieran empapelado con un multón descomunal por su daño al medio ambiente).

En 1869 descubrió un método para producir el tinte rojo brillante alizarina, pero la empresa alemana BASF se le adelantó en la patente.

Como la competencia con las industrias alemanas era feroz, decidió vender su negocio y retirarse a los 36 años, aunque no abandonó la investigación química orgánica hasta su muerte en 1907.


Comentarios

  1. Hola. Me ha encantado esta entrada. Soy profesora de Geografía e Historia y buscaba información sobre la invención de los tintes sintéticos. Me ha gustado mucho el planteamiento del blog y lo he añadido a mis favoritos. Siempre me gustó la química y creo que aquí voy a aprender mucho. Enhorabuena y saludos.

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